Ciencia

El Saber Científico y el Filosófico ¿una relación inquebrantable?

todayjulio 9, 2024 40

Background
share close

Por Rafael Villacrés.

Antes que nada, se precisa mentalizar que la filosofía y la ciencia eran sinónimos hasta el siglo XIX; todavía los ecos de “filosofía natural” y “filosofía moral” retumban como sinónimos de ciencias naturales y sociales. Si bien la ciencia moderna se especializó en diversas disciplinas, la filosofía se dedica hasta el presente a la elaboración y análisis de conceptos y argumentos sobre fenómenos generales, a la par, la filosofía rigurosa trabaja de cerca con conocimientos científicos.

Ciencia y filosofía. Generada con DALL-E.

Ahora bien, el saber filosófico respecto al saber científico se diferencia por mostrarnos conocimientos importantes que no son analizados a priori; es decir, esta llega y meta-analiza cualquier área del conocimiento humano, traza el camino de la razón, las posibilidades, la composición, argumentación, división y clasificación, realizando la tarea de “filosofar”.

De ahí, llega la ciencia, confirma ciertos postulados y descubre nuevos; trabajando justamente en la orilla de lo conocido, abriendo nuevas posibilidades jamás antes conocidas. Como caso típico, por mencionar algunos destacados: la atracción de los cuerpos por la gravedad, la teoría de la evolución, la teoría germinal de las enfermedades infecciosas.

Si bien, algunas de las ideas de estas teorías ya se discutían filosóficamente con anterioridad a su invención teórica, la filosofía no podía analizar algunos postulados avanzados porque no se descubrían aún por la ciencia como es el caso: de los seres vivos tan pequeños que son invisibles al ojo humano (microorganismos). Sobre este punto Wilhelm Ostwald lo clarifica: “no hay mejor preparación para el trabajo filosófico que la inmersión en alguna ciencia particular hasta el grado de lograr la producción de nuevo saber, la capacidad de descubrir” (Ostwald, 1914 como se citó en Rivadulla, 2004) (p. 4).

Dicho lo anterior, el saber filosófico posibilita y fundamenta al saber científico, ya que, sin este, no hay justificación para la verdad de cualquier afirmación investigada por la ciencia (Quesada, 1998). Con estos nuevos caminos del entendimiento humano abiertos al saber filosófico, este puede ayudar a la ciencia a revelar inadecuaciones propias, inconsistencias y deficiencias. Por tal razón, comúnmente, se encuentran en departamentos de física o cosmología a filósofos ayudando a construir nuevas teorías. De igual manera, filósofos de la física discuten cuestiones de física cuántica y filósofos de la economía sobre problemas de racionalidad en la toma de decisiones (Grüne-Yanoff, 2014).

En este punto, cabe destacar la pregunta planteada por Heidegger acerca de la antelación de la filosofía sobre la ciencia: “¿Es la ciencia el patrón de medida para el saber, o hay un saber en el cual se determina el fundamento y el límite de la ciencia y con ella su propia eficacia?” (Quesada, 1998). Se podría considerar que Heidegger evoca que la filosofía es prioritaria y puede captar la esencia de la ciencia; dicho de otra manera, si en una disciplina científica se trabaja con X método, para alcanzar X objetivos, esta misma disciplina no podría aisladamente encargarse de averiguar, el cómo esos métodos alcanzan dichos objetivos.

Más bien, como apunta Quesada (1998), esto, de hecho, es el trabajo de la misma filosofía de la ciencia, además de la historia y la sociología de la ciencia. No obstante, como señalaba Popper Karl (1996) la ciencia tiene capacidades de resolver problemas filosóficos como en el caso del desarrollo de la teoría cuántica y de los planteamientos epistemológicos que suscita como: la realidad, el tiempo y el origen del universo.

En síntesis, la ciencia y la filosofía tienen una necesidad mutua que no se puede romper, o no se debería romper. Como lo mencionan Barker y Kitcher (2014) en su libro, “Filosofía de la Ciencia. Una nueva introducción”, para ellos la ciencia ha transformado todo nuestro mundo, es la principal columna que ha construido la sociedad global moderna, esto conlleva una transformación en el entendimiento sobre el universo, por lo que la filosofía ha tenido la necesidad de adaptar todas sus ramas.

En cambio, el pensamiento filosófico tiene trascendencia en la naturaleza, autoridad y posesión del conocimiento científico tanto en disputas internas de expertos y en externas, en especial, cuando se trata de controversias en la arena política como: riesgos de la salud pública, cambio climático, crisis de recursos naturales. De manera puntual, además, en la toma de decisiones de la dirección misma de la ciencia.

 

Referencias.

  • Barker, G., & Kitcher, P. (2014). Philosophy of science: A new introduction. New York: Oxford University Press.
  • Grüne-Yanoff, T. (2014). Teaching philosophy of science to scientists: Why, what and how. European Journal for Philosophy of Science, 4, 115-134.
  • Quesada, D. (1998). Saber, opinión y ciencia : una introducción a la teoría del conocimiento clásica y contemporánea. Ariel.
  • Popper, K. R. (1996). The myth of the framework: In defence of science and rationality. Psychology Press.
  • Rivadulla, A. (2004). La filosofía de la ciencia hoy. Problemas y posiciones. Perspectivas del pensamiento contemporáneo, 2, 109-163.

Written by: Churos Vallejo

Rate it

Similar posts

Post comments (0)

Leave a reply


0%